Las mujeres ganan un 24% menos en el sector salud.
Las acciones ESG, como la gobernanza objetiva y las políticas de transparencia, ayudan a mitigar las discrepancias.
La brecha salarial bruta entre hombres y mujeres en el sector salud, a nivel global, es de aproximadamente 20%, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con base en datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta disparidad aumenta al 24% cuando se consideran factores como la edad, la educación y el tiempo de trabajo.
La OIT destaca que, en el sector de la salud, el 67% de los empleados son mujeres y señala que los salarios tienden, en general, a ser más bajos, en comparación con otros campos de la economía. También según la Organización, tales diferencias son solo una parte del problema, ya que se deben tomar medidas también en las condiciones laborales, especialmente en el proceso de recuperación económica pospandemia.
Ante ello, al citar el mercado laboral en América Latina y el Caribe, la OIT enumera que, de los 23,6 millones de vacantes para mujeres perdidas en el peor momento de la crisis, en el segundo trimestre de 2020, unos 4,2 millones aún están no se había recuperado hasta finales de 2021. A su vez, en el caso de los hombres, los 26 millones de puestos de trabajo perdidos en ese momento ya se habían recuperado casi por completo.
La informalidad también influyó en las comparaciones, dado que el impacto fue mayor en el empleo informal y en las micro, pequeñas y medianas empresas, donde, según la OIT, predomina el empleo femenino. Un ejemplo es la actividad doméstica, en la que el 91% de los empleados son mujeres y el 72% son informales.
Con base en esto, el fundador y principal ejecutivo del Instituto Latinoamericano de la Calidad (LAQI), Daniel Maximilian Da Costa, enfatiza, relacionando a los diferentes sectores, la importancia de implementar políticas objetivas de gobernanza y transparencia, que integren las acciones ESG, siglas de Environmental , Sociales y de Gobernanza.
“El mundo de los negocios está experimentando un gran cambio. Si antes una corporación apuntaba únicamente a la rentabilidad, hoy, su desempeño con la sociedad y los diferentes grupos es mucho más amplio, ya que es evaluado constantemente por sus grupos de interés. En ese sentido, las acciones ESG destacan y presentan caminos para que los líderes estén cada vez más atentos a posibles casos de discriminación, devaluación o desigualdad en el ambiente de trabajo y en las acciones de la empresa”, concluye.