Empresas buscan certificación ESG para la longevidad empresarial
Adoptar prácticas ESG es sinónimo de resiliencia y previsibilidad.
La competitividad, impulsada por la globalización, ha exigido cada vez más del mundo empresarial, especialmente en relación a las acciones prácticas que una organización implementa interna y externamente. Tales demandas han llevado a las empresas a invertir en ESG, acrónimo de Environmetal, Social and Governance, utilizado para principios que colaboran con la longevidad de un negocio.
El término corresponde a las prácticas ambientales, sociales y de gobernanza de una empresa, y aparece en la publicación del Pacto Mundial de las Naciones Unidas (ONU) de 2004, en alianza con el Banco Mundial, titulada “Who Cares Wins”. Estas acciones también están relacionadas con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que agrupan los grandes desafíos de la sociedad en su conjunto.
Según la ONU, la aplicabilidad de los criterios ESG por parte de las empresas brasileñas es una realidad, ya que aumenta la competitividad del sector. El Pacto Mundial enfatiza que los grupos empresariales a menudo están acompañados por partes interesadas. Ante ello, la adopción de un sello de calidad, a través de prácticas ESG, indica solidez, menores costos, mejor reputación y mayor resiliencia en medio de las vulnerabilidades.
La forma de que la empresa cumpla con estas prácticas es comprender los impactos negativos y positivos que genera la organización en la sociedad y disponer de recursos para actuar sobre ellos. Según la ONU, es necesario considerar los daños ya causados.
Para ello, la empresa necesita apoyar los derechos humanos reconocidos internacionalmente, defender la libertad de asociación y eliminar las formas de acción forzada u obligatoria, erradicar el trabajo infantil de su cadena productiva, fomentar prácticas que reduzcan la discriminación en el empleo, tomar acciones responsables ante los desafíos ambientales y lucha contra la corrupción en todas sus formas.
Según Daniel Maximilian Da Costa, fundador y director ejecutivo del Latin American Quality Institute (LAQI), la adopción de prácticas ESG es sinónimo de resiliencia y previsibilidad. “Los criterios sustentables reducen los riesgos de la operación empresarial, los accidentes ambientales, por ejemplo, pueden causar daños inmensos y duraderos a las empresas y los actos de corrupción también empañan la reputación de las organizaciones. Por lo tanto, evitarlos aporta más previsibilidad a las empresas y más confianza por parte de clientes, empleados y sociedad en general. Cualquier empresa que se preocupe por crear valor a largo plazo no puede dejar de implementar las mejores prácticas en esta materia y certificarse con el compromiso público asumido”, concluye.